Editorial
Roland S. Süssmann - Redactor en Jefe
Queridas lectoras, queridos lectores,

De Estambul a Moscú, de Madrid a Ashdod pasando por Jerusalém, continúan cayendo civíles destrozados por el silbido de los explosivos de los terroristas árabes promotores del islamismo fascista. Hace un año, millones de Europeos desfilaban en contra de la intervención americana en Irak. Numerosos manifestantes, ataviados con el keffieh árabe, entonces símbolo de la resistencia, enarbolaban slogans anti-americanos, anti-israelies pero sobre todo antisemitas.

Hoy, el keffieh, convertido en símbolo terrorista, ha desaparecido de las calles. Los slogans antisemitas han sido sustituidos momentaneamente por lágrimas de dolor, de impotencia y de rabia. La indignacion selectiva se ha puesto en marcha : el asesinato de civiles en Europa es considerado “terrorismo” mientras que el asesinato de Judíos a manos de los Arabes en Israel forma parte de un“ciclo rutinario de violencia” y no merece por lo tanto ningun reconocimiento internacional. Los atentados de Madrid y Jerusalém demuestran que las organizaciones terroristas árabes así como los movimientos islámicos no tienen nada que ofrecer. Llevan a cabo una lucha a muerte utilizando los atentados suicidas como un arma legítima, no siendo su intención la de negociar con Occidente sino la de sustituir las democracias por regimenes totalitarios en los cuales reine la ley de la Charia.

El Islamo-fascismo está cimentado en una ideología religiosa y en el deseo de poder, mientras que la guerra dirigída por la OLP y los países árabes contra Israel es un acto de antisemitismo característico manifestado por el rechazo de conceder a los Judíos una entidad política independiente : el objetivo declarado es el de sustituir un Estado judío por un Estado árabe.

Hoy, nos encontramos en la era de las “iniciativas de paz” – ridículas o criminales. En este contexto, no es “islámicamente correcto” hacernos la única pregunta esencial:” qué ofrecen los Arabes a cambio de las concesiones exigidas a Israel?” Antes de responder es necesario hacer un breve resúmen de las reivindicaciones árabes : abandono del Monte del Templo así como de la soberanía judía sobre la mitad de Jerusalém; retirada casi total de las tierras judías de Judea Samaria-Gaza estratégicamente necesarias para el pais y la cesión de sus recursos de agua; con el pretexto del “derecho al retorno” (resultante de ningún lado y basado en la nada), la instalación en Israel de los cuatro millones de Arabes utilizados como arma política desde hace tres generaciones en los campos de Siria, del Líbano y de Jordania, y finalmente, la creación de un estado-OLP en el corazón mismo de Israel! En contra partida de todo lo anteriormente expuesto los Arabes no ofrecen nada. Acaso la OLP se propone terminar de una vez por todas con los ataques terroristas? La sanguinaria experiencia de Oslo ha probado que no!Acaso propone la eliminación del derecho de matar civíles judíos en Israel? No! Los Arabes no se concedieron esa “legitimidad” criminal en 1948 ó en 1967, sino en los tiempos del Mufti de Jerusalem Hadj Amin Al Husseini, instigador de las masacres en el año 30 de los habitantes judíos de Hebrón, Jerusalém y Safed. Husseini fue uno de los consejeros de Hitler. Después de haber recibido a Eichmann en Palestina y haber visitado los campos de la muerte, sugirió a Hitler en 1943 “la ampliación de la solución final para los refugiados judíos instalados en Palestina enviándolos a Polonia con el fín de proteger a la población local de su amenaza.”

Israel se está enfrentando a una organización terrorísta que lleva el honorable título de “Autoridad Palestina”, cuyas actuaciones fueron inspiradas por Husseini y cuyo talante e intención han sido recogidos por Arafat . Este último sigue convencido de que la combinación “terrorismo-negociación-terrorismo rompería definitivamente la determinación israelí y le permitiría establecer, bajo su reinado, la “gran Palestina”, territorio que se extendería desde el Mediterráneo hasta las fronteras con Irak.

Paralelamente, Israel se enfrenta a otra amenaza, Siria, que alimenta de manera muy activa dos frentes terrorístas. El primero, contra Israel, a través de la Djihad islámicacuyo cuartel general está en Damasco, y quien con la ayuda de Irán ofrece un apoyo financiero, logístico, militar, político y moral a los miembros que han establecido su infraestructura en Cisjordania. El segundo en Irak, país a través del cual Siria ejecúta el tráfico de armas y de terrorístas, colaborando asi impúnemente a la guerra contra la coalición.

Israel no tiene libertad de acción para actuar contra Siria y la OLP. Tratándose de una sociedad basada en la democracia y el pluralismo, cualquier acción militar debe ser legitimada.

Dado que los Arabes esconden a sus “combatientes” entre sus mujeres y niños, Israel no puede aprovechar toda su fuerza de intervención ya que los daños colaterales son moralmente inaceptables para el Tsahal y la nación.

Y en el plano político? Ariel Sharon propone una retirada unilateral de Gaza, lo que equivaldría a cortar todas las relaciones de sus ciudadanos con Israel y a confinarlos en un ghetto masificado con una única salida hacia Egipto. Desde luego, el Sr.Moubarak no tiene la menor intención de dar trabajo a sus hermanos de Gaza, cuyos productos agrícolas, que transítan hoy por Israel, se pudrirían en los invernaderos en vez de ser vendidos en los supermercados de Ginebra y Zurich.

Es fácil imaginar que una vez que los Arabes hayan conseguido izar las banderas de la OLP y del Hamas en las casas de los Judíos expulsados, entraran, con la ayuda de Egipto (que colabora militarmente con Arabia Saudíta e Iran) con sus tanques y sus misiles tierra-tierra , para amenazar a Ashkelon y Ashdod. Despúes, muertos de hambre, vendrán a mendigar un trabajo en Israel. Cediendo a las presiones internacionales, el Estado judío acabará aceptando a título humanitario.

Ariel Sharon conoce muy bien este escenario catastrofísta. Israel está conducído por un hombre que me ha comentado a menudo “ Antes que nada soy un Judío y nada me preocupa más que los derechos de los Judíos”. A pesar de que el Sr.Sharon dé la impresión a veces de haber cambiado fundamentalmente su concepto de la resolución del conflicto árabe-israelí, lo cual no esta demostrado, no ha cedido en ninguno de los puntos : está llevando a cabo una guerra sin cuartel contra el terrorismo y, gracias a su determinación, la creación de un estado palestino en Israel está más lejos que nunca. Ariel Sharon desde luego no se ha convertido en un suicida, lo que pretende es demostrar, a través de lo absurdo, que Israel no tiene otra opción más que actuar como lo está haciendo hoy en día : rechazar el “negociar de noche y enterrar a sus muertos de día” y ganar la guerra impuesta desde hace ya demasiado tiempo con el fín de dictar los términos de una eventual coexistencia.

No debemos excluir que el Primer ministro haya decidido olvidarse momentáneamente de Gaza para reforzar la presencia judía en Judea-Samaria. En una época en donde se matan Judíos en los autobuses, en los restaurantes de Israel, donde se atacan las sinagogas y las escuelas judías en el mundo entero, es dificilmente creíble la puesta en marcha de un plan, que, de llevarse a cabo sería interpretado por los Arabes como un signo de debilidad por parte de Israel. De todas maneras, si ese fuese el deseo de sus dirigentes actuales ....el pueblo los destituiría.

Desde la reanudación de las sistemáticas agresiones árabes, la población israelí está dando muestras de valor, de estoicísmo, de dignidad y de determinación. El ejército está realizando un trabajo de prevención y de defensa ejemplar, y, pese a todas las dificultades, el país sigue desarrollándose. Por su propia existencia y su dinamismo, Israel es una fuente de optimismo y esperanza que nos permite combatir el creciente antisemitísmo con fuerza y confianza tal y como el Eterno nos salvó de Egipto “con mano fuerte y brazo extendido”.

Todo el equipo de SHALOM os desea un Pessah feliz.

Roland S.Süssmann
Redactor en Jefe